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domingo, 29 de abril de 2007

Sobre la muerte de Tutankhamón

Muchas han sido las teorías sobre la muerte del faraón más famoso de Egipto. Cuando Howard Carter y Lord Carnarvon descubrieron el 12 de noviembre de 1922 la tumba del rey Tut el interés internacional por la egiptología resurgió. El hallazgo de la primera tumba intacta desde el momento en que fue sellada fue una auténtica revolución para conocer más sobre la vida en el Egipto de la XVII dinastía. Pero la vida de este misterioso faraón, del que apenas hay referencias fuera de su tumba y que murió a los 19 años, es aún un enigma. ¿Era hijo de Akhenatón? ¿Y de Nefertiti? ¿Por qué murió tan joven?



La teoa más extendida hasta hacía poco tiempo era el asesinato. Y sus bases eran sólidas. Entre 1352 y 1337 a.C. el faraón hereje, Amenophis IV o Akhenatón, implantó el culto al disco solar, el dios Atón, eliminando al resto de las divinidades egipcias. Esto no sentó bien al clero de Amón en Karnak, cuya influencia era inmensa ni al resto de la sociedad egipcia. Tras el reinado de Akhenatón le sustituyó el misterioso faraón Smenjkare, cuya identidad hoy en día aún es dudosa, afirmando muchos egiptólogos que se refiere a la esposa de Amenophis IV, Nefertiti. y tras Smenjkare le llegó el turno a Tutankhamón. El rey Tut decidió reinstaurar el culto a las antiguas divinidades y hacer de nuevo a Amón el dios oficial. El clero de Amón recuperó su poder, pero la huella del faraón hereje todavía no se había borrado. Tut, probablemente hijo de Akhenatón y la segunda esposa real, Tiya, seguía representando un peligro para el influyente clero y de ahí que pudiera planear el asesinato del joven rey. Su sucesor, Ay seguía siendo un peligro, pues había sido visir de Akhenatón y Tut, así que tras su muerte el general Horemheb se dedicó a volver a los cultos tradicionales. Pero tras su muerte sin descendencia se coronó como faraón del Imperio el visir de Horemheb, Paramesu, con el nombre de Ramsés I. Así acabaría la "dinastía hereje" y sus protagonistas serían borrados de las listas oficiales.


La teoría del asesinato se basaba en el hallazgo en una radiografía de los restos del faraón en 1962 de lo que parecíasangre en la base del cráneo del faraón, afirmando la teoría de que su muerte se habría producido por un golpe en la nuca. Además, el pequeño tamaño de la tumba del rey y la mala momificación recibida apuntaba a una muerte totalmente inesperada. Parecía una hipótesis válida y con fundamento, pero análisis con modernas técnicas como el TAC en 2005 permitieron una análisis exhaustivo de los restos del faraón. Mediante el TAC radiólogos y forenses expertos lograron descifrar los misterios respecto a la muerte de tan enigmático faraón, muerto sólo 9 años después de subir al trono. Para empezar averiguaron que no existía calcificación en la nuca, por lo que nunca había habido ahí ningún resto de sangre ya que si así fuera se habría calcificado. Y también averiguaron que los huesos que le faltaban al rey Tut debían haber sido extraídos durante la momificación, aparte de confirmar que un pequeño agujero que presentaba en la parte posterior de la cabeza era debido a la extracción del cerebro en la momificación. Pero lo más importante fue el hallazgo de una fractura en su rodilla izquierda. Ya Howard Carter había comentado que había descubierto una rótula suelta, pero esto confirmaba los hechos. Esta rotura había sido causada antes de la muerte del faraón, pues se veía en su interior restos de líquido de embalsamar y restos de una inflamación, respuesta autoinmune sólo producida en vida. Y esta fue la causa que según los expertos provocó la muerte del faraón más famoso del antiguo Egipto. Ya fuera producida su herida por una batalla o por una caída mientras montaba está claro que provocó la muerte del faraón, y no por desangración, pues los restos de inflamación apoyan el hecho de que vivió entre 1 y 5 días después de la herida. Lo más probable es la infección y gangrenación de la herida, incurable con la medicina de aquellos tiempos. Esto habría provocado unas fiebres altas al faraón y su posterior fallecimiento ante la impotencia de su mujer , Ankhesenamón. Así habría acabado la corta vida del faraón más famoso del antiguo Egipto.



Pero si algo más nos aclaró el análisis mediante TAC del cuerpo de Tut aparte de la muerte del rey por una fractura en la pierna, fue el rostro que tenía el famoso faraón. La reconstrucción nos desveló el rostro de un faraón joven, sano y delgado. El rostro más famoso del antiguo Egipto a vuelto a ver la luz ante la admiración de todos.